Tres temas. Filosofar. Felicidad. Amistad.

La scuola di Atene - Raffaello Sanzio
[Musei Vaticani, Città del Vaticano, CV]


EPICURO; Carta a Meneceo [fragmentos].
Cuando se es joven, no hay que vacilar en filosofar, y cuando se es viejo, no hay que cansarse de filosofar. Porque nadie es demasiado joven o demasiado viejo para cuidar su alma. Aquel que dice que la hora de filosofar aún no ha llegado, o que ha pasado ya, se parece al que dijese que no ha llegado aún el momento de ser feliz, o que ya ha pasado. Así pues, es necesario filosofar cuando se es joven y cuando se es viejo: en el segundo caso para rejuvenecerse con el recuerdo de los bienes pasado, y en el primer caso para ser, aún siendo joven, tan intrépido como un viejo ante el porvenir. Por tanto hay que estudiar los medios de alcanzar la felicidad, porque, cuando la tenemos, lo tenemos todo, y cuando no la tenemos lo hacemos todo para conseguirla.
Por consiguiente, medita y practica las enseñanzas que constantemente te he dado, pensando que son los principios de una vida bella. […]
Medita estas cosas y las que son del mismo género, medítalas día noche, tú solo y con un amigo semejante a ti. Así nunca sentirás inquietud ni en tus sueños, ni en tus vigilias, y vivirás entre los hombres como un dios. Porque el hombre que vive en medio de los bienes inmortales ya no tiene nada que se parezca a un mortal.
Decíamos del filósofo y del filosofar. Este es un buen consejo que abre, al menos, otros dos temas interesantes: el de la felicidad y el de la amistad.

Una causa y un sentido.


Amandelbloesem - Vincent van Gogh


Escribe Antonin Sertillanges en Las Fuentes de la Creencia en Dios:

Procuremos no dejarnos turbar por las palabras altisonantes y las apariencias imponentes. El universo entero no pasa, en el fondo, de ser un juguete admirable y frágil. Tengo derecho a examinar sus resortes y tengo derecho a preguntar cuál es el constructor que lo ha producido y puesto en marcha.

¡La causa! ¡La causa! ¡La causa! Este es el grito de la inteligencia frente al gran problema. Con la mente y las manos llamamos a la puerta de la verdad eterna, y no es con palabras, no es diciéndonos: “El mundo existe, y esto basta”, o: “El mundo tienen una existencia necesaria”; no es respondiéndonos esto como se impondrá silencio a nuestras preguntas. Que el mundo existe, lo veo muy bien; pero me interesa saber por qué existe. Si me dicen que existe necesariamente, insistiré preguntando de qué necesidad se trata. Cuando pregunto por qué se levanta el sol, me dicen también: es por necesidad; pero me dan la razón de ella, y si no me la diesen, sería con ofensa de la ciencia. Asimismo, al tratarse del mundo, si se le proclama necesario sin decir por qué, la razón queda ofendida y menospreciada.

Una causa y un sentido. En las inteligencias y en el mundo. ¿No serán lo que falta? O tal vez ya no importen…

La vuelta a "la escuela"...

Ha pasado tiempo desde que el insegne profesor me lo sugirió. Dije que sí, pero fue no. Hoy, mi estimado fellow, me propongo volver a "la escuela" aquella de Atenas. Quienes quieran asistir, estan invitados.