La Felicidad, ¿una cuestión moral...?

Bacco - Caravaggio
[Galleria degli Uffizi, Firenze - ITA]

La felicidad, por consiguiente, es lo mejor, lo más hermoso y lo más agradable, y estas cosas no están separadas como en la inscripción de Delos: “Lo más hermoso es lo más justo; lo mejor, la salud; pero lo más agradable es lograr lo que uno ama”, sino que todas ellas pertenecen a las actividades mejores; y la mejor de todas éstas decimos que es la felicidad.
Aristóteles, Ética a Nicómaco, I, [8], 1099ª, 25-31. 


Todo lo que dice Aristóteles, parece estar representado en el Bacco del Merisi. Un joven saludable, que responde a ciertos cánones de belleza, rodeado de cosas placenteras; y por qué no, laureado de aquello que ama. Aparentemente no le falta nada, es feliz. Y a mí me parece verlo hasta apenas ebrio, por el abundante y nuevo fruto de la vid... quia vinum laetificat cor hominis, nonne?
 
Como dije anteriormente, me acordé de Aristóteles*. Y acá está...

Lo más hermoso, lo justo, lo mejor, la salud y lograr lo que uno ama. Sin embargo, todas estás cosas juntas -y no separadas- no son aún la Felicidad.

¿Qué cosa es entonces la Felicidad? ¿Son los placeres? ¿La ausencia de toda necesidad? ¿Es la prosperidad? ¿Será acaso la buena suerte? ¿O es una virtud?
 
Si son los placeres, no todos buscaremos lo mismo buscando aún la misma felicidad. Pues ya que para unos será placentera una cosa y para otros otras. Si bien la buscamos en el placer, no todos la encontramos en las mismas cosas. Y si es el resultado de una búsqueda meramente subjetiva, podremos lícitamente pensar que mientras unos encuentran placer en algo; al mismo tiempo otros sienten alguna repulsión por la misma cosa. Por lo cual entonces no todos buscarían la felicidad en sí misma, sino en sí mismos; y así caeríamos en el más absoluto y peligroso de los relativismos, ya que no podríamos calificar nada como “moralmente reprobable” (piénsese en las más deleznables conductas “inhumanas”). Sería el sujeto la medida de su propio placer y consiguiente felicidad. Y, finalmente, no todos podrían acceder a la felicidad, ya que por tal o cual motivo ella misma les estaría vedada. Este sería el caso de quien no pueda acceder al objeto que le alcanza dicho placer.

Lo mismo dígase para los sentimientos.

Si fuese en cambio la prosperidad, tampoco sería asequible a todos. Y a la realidad de los hechos me remito. Y también es real que muchos que "todo lo tienen" no son felices; mientras que aquellos que "poco tienen o nada", se consideran misteriosamente (!) felices.

En el caso de la buena suerte, mucho no he de ahondar. Puesto que no considero que exista una “buena” o “mala” suerte. Y sabiendo que esto es discutible, no pretendo dogmatizar; más sólo expresar una opinión. Quien piense lo contrario, será bienvenido si desea exponer sus argumentos.

Finalmente, si es una virtud (en tanto que acción, actividad, hábito, etc.) entramos de lleno en el campo de la Filosofía: Filosofía Moral o Ética. Llámesela como se la llame, estamos en el ámbito de la “Filosofía Práctica”, o “Ética Aplicada”. Y no pocas serán las discusiones que aquí podremos entablar.

Por todo lo cual, vengo aquí y con estos razonamientos a exponer una pregunta, y así plantear un interesante tema -al menos para mí- sobre el modo de pensar la Felicidad:

¿Es la Felicidad un tema Ético-Moral... o no? ¿Por qué?

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* La reflexión sigue lo expuesto por Aristóteles en el texto citado.

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