La medida de las cosas

Geometría - Emilio Centurión
[Museo Castagnino, Rosario - ARG]


¿A qué se debe la humana incapacidad de hacer ciertas cosas? ¿A nuestras propias fuerzas? ¿A la medida de las cosas? ¿Es que las cosas tienen una medida? ¿O a algún otro factor?

Vuelvo otra vez sobre el tema de lo que es ser feliz, e infeliz. Tal vez todo radique en soñar y vivir. En una de esas, alguna que otra vez probamos el sabor de la infelicidad porque la medida de nuestros sueños no se corresponden con su realización. Pero no lo sé.

No soy comedido. O no mucho que digamos. No es que no quiera serlo. Sencillamente no lo soy. Y reconozco que sería bueno serlo. Aunque nunca lo seré.

Siempre miré con curiosidad, por ejemplo, a esa gente que puede tomarse las cosas en "su justa medida". ¡Y hasta te lo aconsejan! Yo no sé cómo lo hacen...

“No te hagas drama, le estás dando más dimensión de la que tiene”; cuando por ejemplo les contás algunos de tus problemas. O también: “No es para tanto...”, si es que te atrevés a quejarte un poquito de tal o cual daño o agravio. Además: “¡Estás haciendo un teatro bárbaro!”, si expresás con pesar un mal recibido. Por otro lado: “No, eso es imposible”. Así como también: “No, eso es dificilísimo” (nótese el superlativo). Y la que me enerva, de la que hay muchas versiones: “Ni lo sueñes”.

Aquí mi descargo contra todas esas (y muchas más) expresiones (y personas):

¿Por qué me dicen, nos dicen, estas cosas? ¿Por qué las tengo que escuchar?
Será la gente, envidiosa víctima de aquella incapacidad de hacer las cosas por sí mismos.
¿Serán realistas...?
¿Serán comedidos ellos mismos, y a la vez buenos conmigo? Digo, tal vez de tanto que lo son querrán ahorrarme sufrimientos, ¿no?
¿Seré yo, que no conozco las medidas de las cosas? Que siempre me parecen demasiado... demasiado grandes o pequeñas.
¿Será que soy yo, que no me conozco a mí mismo y por tanto no puedo elegir las cosas teniéndome como referencia?
¿Será que tal vez me sobreestimo -o subestimo- demasiado, y por eso fallo al decidir en lo mejor para mí?

¿Será que mi felicidad, la de todos nosotros, no está sólo en soñar nuestros sueños -permítanme la redundancia- más también en verlos realizados?

¿Será además, que algunos de entre los mortales estamos dispuestos a pagar con lágrimas, sacrificios y sufrimientos el precio invalorable de aquellas nuestras aspiraciones?

Será que yo entiendo que soñar es sinónimo de imaginar. Y que para mí "imaginación" y "límites" son términos contradictorios.

Será entonces que mi imaginación no tiene límites; y no quiero que los tenga. Será que mis sueños son desmedidos. Será que no soy comedido...

Será esto... Será aquello... Será... Será...

Entre tanto, sueño, vivo e imagino. Y por ésto sufro. Y me alegro.

Será por lo que sueño. O porque lo que sueño, será.

No hay comentarios:

Publicar un comentario