La scuola di Atene - Raffaello Sanzio [Musei Vaticani, Città del Vaticano, CV] |
EPICURO; Carta a Meneceo [fragmentos].
Decíamos del filósofo y del filosofar. Este es un buen consejo que abre, al menos, otros dos temas interesantes: el de la felicidad y el de la amistad.Cuando se es joven, no hay que vacilar en filosofar, y cuando se es viejo, no hay que cansarse de filosofar. Porque nadie es demasiado joven o demasiado viejo para cuidar su alma. Aquel que dice que la hora de filosofar aún no ha llegado, o que ha pasado ya, se parece al que dijese que no ha llegado aún el momento de ser feliz, o que ya ha pasado. Así pues, es necesario filosofar cuando se es joven y cuando se es viejo: en el segundo caso para rejuvenecerse con el recuerdo de los bienes pasado, y en el primer caso para ser, aún siendo joven, tan intrépido como un viejo ante el porvenir. Por tanto hay que estudiar los medios de alcanzar la felicidad, porque, cuando la tenemos, lo tenemos todo, y cuando no la tenemos lo hacemos todo para conseguirla.Por consiguiente, medita y practica las enseñanzas que constantemente te he dado, pensando que son los principios de una vida bella. […]Medita estas cosas y las que son del mismo género, medítalas día noche, tú solo y con un amigo semejante a ti. Así nunca sentirás inquietud ni en tus sueños, ni en tus vigilias, y vivirás entre los hombres como un dios. Porque el hombre que vive en medio de los bienes inmortales ya no tiene nada que se parezca a un mortal.