El mostrador y las ventas

Un bar aux Folies Bergère - Édouard Monet
[Courtauld Institute of Art, Londres - UK] 

Se escuchan discursos por todas partes. Discursos religiosos, políticos, económicos. Se escuchan además ensordecedores aplausos; de palmas obsecuentes. La mentira se muestra en muchas formas, en todas las que puede.

Todo lo que se me ofrece es irrespetuoso. Un mostrador que atiende a todas las necesidades, y cada discurso es una prostituta más. Mejor: una y la misma.

Es todo mentira, a nadie le interesa nada. Y a mí me preocupa. La vida nos va poniendo frente a nuevas realidades, a nuevas culturas, a nuevas necesidades. Pero, a la hora de buscar respuestas, terminamos, o al menos yo, siempre en el mismo mostrador… ¡y escucho la misma voz!

Promesas de unidad y de trabajo conjunto por las cosas que nos merecemos. Soluciones para todos, a cargo de unos pocos y ninguno. Respuestas que no ayudan a nadie. Una vez más, es todo mentira.

¿En qué lugar buscar nuevas soluciones? ¿O será mejor tener nuevos problemas? Es una idea... Ya que los eternos problemas (o los que veo venir desde largo tiempo) siguen teniendo siempre la mismas respuestas, pero nunca una resolución.

¿Por qué hacemos las cosas? ¿Quiénes nos representan? ¿Cuáles son sus intereses? ¿Todo se compra y todo se vende? ¿Está bien eso?

¿Qué decir? ¿Qué hacer? Y escucho de nuevo otra voz, otra vez la misma voz:

- Caballero... ¿Qué quiere señor?
- ¡Qué sé yo!
- También de eso tenemos...

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